Vasto horizonte

Buenos días lector@s,

¿qué tal vuestro fin de semana? Después de varios días sin poder escribir o leer, una mudanza es lo que tiene, vuelvo a retomar este lugar.
En un intento de hacer un ejercicio pleno sobre lo acontecido estos días, ahora mismo me gustaría visualizarme tal cual, en ese mismo momento en el que contemplaba las aguas del Cantábrico, sobre el inmenso océano y vasto horizonte... 

El motivo de mi particular reflexión no es otro que asumir lo efímero de un instante, que no hay verdad absoluta sobre nada y que, lo vano, insustancial sustituye en muchos casos a lo auténtico, verídico... A veces no tiene caso como yo digo, defender una "verdad" hasta la saciedad sino nos lleva a ningún lado. Sigamos con nuestro ritmo, ajenos a lo pasado y sin nada que perder. Aunque no perdamos de vista la perspectiva de las cosas, puesto que ya habremos aprendido la lección.

En ocasiones creo que debemos apostar por nuestra paz, nuestra tranquilidad, mirar el vasto horizonte, sin pensar en nada más allá. ¿No creéis?

Pero hacer este ejercicio ¡qué difícil resulta a veces! Nuestro gozo en un pozo y esa paz y armonía se ven mermadas por el más insignificante pensamiento inservible, nublando nuestro raciocinio. Entonces me digo, visualízate aquí, justo en ese momento, justo en ese instante...

¿Vosotros soléis hacer algo para acallar vuestros fantasmas y demonios interiores esos que no nos dejan continuar con nuestra actividad corriente?


                                            (Foto y texto: María Sánchez Corraliza)

Comentarios

  1. La verdad es que no es fácil, somos criaturas sintientes, y ya sea para bien o para mal vivimos condicionados por ello.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares